jueves, 3 de marzo de 2011

He leido algún libro sobre guerra espiritual.
Creo que donde más ataca Satanás es en la naturaleza carnal del creyente. 
Conoce nuestras debilidades y nos ataca en nuestros instintos y en nuestro caracter.

Me encanta este tema, pues muchas veces se ignora o se pasa por alto.  Sin embargo, considero de vital importancia conocer la naturaleza del enemigo y sus estrategias.

De todos modos es también un consuelo saber que nada ocurre sin que Dios lo permita.
Que aún el mal tiene un propósito en la soberana voluntad de Dios.
Y que Satanás tiene un fin, un castigo eterno en el lago de fuego.

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