jueves, 3 de marzo de 2011

Para viajar a Andrómeda, la galaxia más cercana a la nuestra, necesitarías 2.400.000 años, en una nave que viajara a la velocidad de la luz (algo menos de 300.000 Km./s). O sea, que esta galaxia vecina está a 2.4 millones de años luz. Esta galaxia (también llamada M31) es posiblemente el objeto celeste más lejano visible a simple vista por el ojo humano.


La galaxia 4C4 1.17 es la galaxia más lejana que se conoce y está a 12.000 millones de años luz. Bueno... quizás ya se conozca otra más lejos...

Se estima que existen unos 14.000.000.000 de estrellas semejantes al Sol, en nuestra galaxia.


La órbita de la Luna aumenta unos 3 cm. por año.
La Luna se aleja.

Nuestra galaxia, la Vía Láctea, es una galaxia en forma de espiral con un diámetro aproximado de cien mil años luz. La galaxia está girando lentamente, de forma que las estrellas de los brazos giran alrededor del centro con un período de unos 250 millones de años. La Vía Láctea tiene un diámetro de unos 80.000 años luz, 4 brazos en espiral y unos 10.000 millones de estrellas. Nuestro Sol es una estrella amarilla ordinaria, de tamaño medio, situada cerca del centro de uno de los brazos de la espiral. La Vía Láctea es claramente visible en las noches de verano donde la franja de estrellas es el resultado de mirar nuestra galaxia de canto, desde dentro de ella. Como en todas las galaxias, lo que vemos es sólo una pequeña parte de lo que hay, pues en una galaxia también hay materia oscura no luminosa que no es visible. En el centro de la galaxia la densidad de estrellas es mayor, de forma que si nuestro Sol estuviera situado en el centro de la galaxia nunca sería de noche pues siempre habría una o varias estrellas dándonos su luz. Si eso hubiera ocurrido seguramente no existiría vida en este planeta al modificar las delicadas condiciones que hacen posible la vida.


 La astrología carece de base científica. Todos los objetos ejercen sus fuerzas gravitatorias sobre los demás, según la ley de la gravitación universal de Newton. No tiene ninguna base científica indicar que las estrellas y constelaciones lejanas ejercen alguna influencia decisiva en el nacimiento de las personas. La fuerza gravitatoria ejercida por el médico o la madre es mucho mayor que la ejercida por la estrella más cercana, Alfa del Centauro. Incluso, la radiación electromagnética de una lámpara es mucho mayor que la recibida del espacio. Además nunca dos gemelos sufren exactamente la misma suerte o son iguales en carácter y resultaría difícil de creer que todos los afectados por alguna gran catástrofe estén influenciados por las constelaciones de igual manera. Muchos científicos del mundo, incluyendo muchos premios Nobel, firmaron un manifiesto en el que dejaban claro que la astrología y los horóscopos carecen totalmente de base científica y son áreas aprovechadas hábilmente por charlatanes.

Las estrellas producen energía, casi siempre, por fusión nuclear. Por ejemplo, en la estrella más cercana, el Sol, los núcleos de Hidrógeno se unen formando Helio y liberando energía, consumiendo unos 700 millones de toneladas de Hidrógeno por segundo. Esta fusión se produce en el interior de la estrella y la energía se desplaza lentamente hasta su superficie, hasta que es liberada en forma de luz.


El Sol no está donde lo vemos. Efectivamente, la luz del Sol tarda unos 8 minutos en llegar desde el Sol hasta la Tierra, por lo que siempre vemos el Sol donde estaba hace unos 8 minutos. Este desfase es mucho más pronunciado en otras estrellas, ya que la luz de otras estrellas tarda mucho más en llegar a la Tierra que la del Sol.

Júpiter es el planeta más grande del sistema solar y gira sobre sí mismo rapidísimo: Su día es de sólo 10 horas. Está formado por gases aunque se sospecha que tiene en su interior un pequeño núcleo rocoso del tamaño de la Tierra. La masa de Júpiter es sólo 8 veces menor de la necesaria para elevar la temperatura interna lo suficiente para iniciar la fusión y que se convirtiera en estrella. Si esto hubiese ocurrido el sistema solar tendría 2 estrellas y la vida en la Tierra no existiría ya que este planeta recibiría demasiada energía pues aunque Júpiter hubiese sido una estrella pequeña estamos demasiado cerca y las condiciones para que se de la vida en la Tierra son extremadamente delicadas.

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