miércoles, 2 de marzo de 2011

La experiencia que has compartido de tu estancia en Paris, es realmente muy descriptiva.
En un solo cuadro se podría expresar todo ese sentimiento condensado.
Ese solo instante que expresas sería suficiente para filmar una película, dándole diferentes emociones si aquello transcurrió en otoño o en primavera.
Existen ciertamente momentos y emociones que por su intensidad merecen ser reproducidos para siempre.
-----------
Lo cierto es que el escenario, el instante, la multitud que nos rodea nos puede hacer presenciar una escena en la que con sorpresa nos damos cuenta de que nosotros somos los únicos protagonistas.......como si esas cosas les sucedieran a otros, en las películas, pero nos están sucediendo a nosotros inexplicablemente.
La soledad entonces nos desborda y nos ahoga.
No hay lágrimas suficientes para desahogar nuestra pena.

Muchas veces al igual que cuando recibimos un duro golpe en un accidente, el cuerpo-mente reacciona con sus defensas para retener el dolor.
A veces el presente, el instante-preciso no es perceptible.
A veces nos emocionamos más en el recuerdo y en el deseo.

Pero hay instantes, como tu has descrito, en que la realidad presente, el instante, se convierte en un corazón latente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.