miércoles, 2 de marzo de 2011

Primero:
Tu puedes hacer todo lo que quieras en base a tu libertad, a tu ética personal y a tu conciencia.
Si tu conducta no afecta a las leyes o a otras personas, eres totalmente libre y responsable de tus actos.
Solo una puntualización sobre la conciencia, pues lo que en un principio (sea la cuestión que sea) censuramos como incorrecto, a lo largo del tiempo podemos "cauterizar", en cierto modo insensibilizar la conciencia, y dar por correcto lo que antes veíamos mal.

Ahora te doy un ejemplo muy exagerado, un asesino al principio puede tener algún remordimiento, pero la propia conciencia tiene sus propios mecanismos para autojustificarnos, y de esta manera no soportar la tensión de la culpa, hasta tal punto que la conciencia queda acallada o no ejerce su función crítica.
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Segundo:
Según la ley y los comportamientos sociales, lo que antes era considerado como una inmoralidad que debía ser penado con multa o prisión, ahora se puede convertir en lo más normal del mundo. Las opiniones y roles sociales al igual que la legislación puede cambiar de signo, valores, prioridades, énfasis, etc.
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Tercero:
Los principios espirituales. Y esto es solo una opinión mía personal.
Los principios espirituales que hemos heredado por y a través de la escrituras judeo-cristianas: la Biblia, no cambian.
Convivir sin estar casados  se considera fornicación.
Vivir una vida más o menos ética a espaldas de Dios no deja de ser incredulidad.

Como extremos:
Se puede vivir una vida de ser muy creyente y totalmente inconsecuente.
O,
Se puede vivir una vida más o menos coherente y negar la existencia de Dios.

Aunque para mí lo correcto solo es: creer (conciliar nuestra deuda con Dios) y obrar en consecuencia.

Creo en un sistema de juicio divino con recompensas y castigos.
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Pero quiero hacer dos consideraciones personales:
Primera:
Tu eres totalmente libre de hacer lo que quieras y dentro de lo que te marquen las normas personales, familiares, laborales, sociales, de orden y justicia.
Solo podrás sujetarte voluntariamente a unas normas y leyes espirituales, solo si tu creyeras en ello....pero si no crees, solo tu eres responsable de tus decisiones.
La vida despues de la muerte, el juicio eterno y todo fundamento doctrinal respecto al más allá de la muerte, cada uno lo resuelve en vida.........creyendo o no creyéndolo.  Y nadie puede imponer a otro que crea al igual que nadie debe imponer a otro que no crea.

Ahora bien, nuestra opinión personal, o nuestra fe o no fe, de ningún modo cambiarán la realidad futura.
Si existe esa realidad futura según la Biblia, pues no quedará alterada por nuestras opiniones o creencias.
Y si no existe era realidad futura, .... los creyentes, cuando muramos, simplemente no nos despertaremos...simplemente no seremos ya nada.
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Segunda:
Apreciada Morla, con toda sinceridad, no quiero que de ninguna manera te veas juzgada por mí, puesto que no quiero ni puedo hacerlo. 
Yo no soy mejor que tú por el hecho de creer. Tengo mis luchas y mis conflictos de los que intento con la ayuda de Dios salir siempre victorioso.
Y quiero además ser humilde, pues quien ahora te está dando un consejo, quién sabe si mañana dejará a mujer e hijos, trabajo, principios y pasado por un plato de lentejas, o por unas faldas.
La vida tiene sus propias leyes, y quien se dedica a señalar con el dedo a los demás ¿quién sabe si mañana le señalarán a él, y se tragará todo lo que ha hablado precipitadamente?.
Por tanto te hablo desde el respeto y la humildad.

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