miércoles, 2 de marzo de 2011

Me ha gustado mucho tu mensaje, ha sido muy personal.  Comentabas que eras más bien tímido, y es muy valiente por tu parte hablar de tí mismo.
Has abierto la "caja de pandora", has hablado del tema soledad..........................y hay tanto que hablar, tantísimo.....la soledad ciertamente es un mal que nos contagia en su virus...es un mal mucho mayor de lo que las apariencias de este mundo nos muestran.   
La soledad a veces es necesaria, para estar con nosotros mismos, y para sentir más cerca a Dios (pues te hablo como declarado no ateo).
Sin embargo, la soledad de la cual no tenemos remedio, es un verdadero ahogo del alma.

Ahora te comparto un poema que escribí sobre la soledad. Era una época muy oscura de una adolescencia atormentada y con fuertes depresiones.

Soledad, fiel compañera,
discreta y callada.

No me turbas
cuando me refugio
de esta vida tan vacía,
para habitar en el mundo
que cada día forjo
en mi imaginación.

Soledad, dulce amiga,
serena y noble.

No me abandonas
cuando todo me oprime
como un puñal en el pecho,
como un peso cargado
de plomo a mis espaldas
ya tan sufridas.

Soledad, sutil amadora,
bella y apasionada.

No te ensordeces
cuando mi voz vibra
pidiendo auxilio,
al escaparme
de las personas
que nunca me comprenden.

Soledad, buena enfermera,
comprensiva y adnegada.

Tu me consuelas
cuando la melancolía
poco a poco me mata,
y cuando el lloro ruge
en silencio pensativo
de mi alma.

Sé lo que es soledad, estando solo.....y sé lo que es soledad estando acompañado.   Lo segundo es peor, trágicamente peor.
Hay momentos y etapas.
Seguro que la culpa no es siempre de los otros.
En momentos de impass es mejor obrar siempre lo mejor posible.
Del mal nos arrepentiremos,................ del bien...nunca.

Ya seguiremos compartiendo.
A veces el tedio, la rutina, la monotonía hace mucho daño a nuestras almas y a la comunicación con los demás.
Es necesario semblar y regalar flores, además tu eres ya medio "Payés".
Regalar sonrisas, aunque el dolor físico y el ardor en nuestro interior nos hierva.

En definitiva regalar amor,
que es gratis,
pero cuesta tanto darlo,
aún sabiendo que nunca se acaba.

Paradojas de la vida.

Aquí tienes siempre un amigo, nunca estás ni estés solo.

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