miércoles, 2 de marzo de 2011

El problema de occidente,
aparte de la fe (en el terreno espiritual),
hay muchos otros problemas de valores.

No se si el progreso y la tecnología conlleva al materialismo,
y lo material se asienta en lo terrenal,
mientras que lo espiritual en lo celestial.

De todas maneras,
creo que cada cual tiene en algún momento un encuentro con Dios,
y tiene que escoger aceptar o rechazar la gracia ofrecida.

Dios habla al ser humano de acuerdo a las oportunidad y conocimiento recibido.


Situaciones históricas mancan y han marcado nuestra consciencia de los valores eternos.

Por ejemplo,
la generaciones antes de la Primera Guerra Mundial, a la de entre-guerras, y a la de después de la Segunda Guerra Mundial (me refiero a Europa entre paises enfrentados), son muy diferentes.
Del mismo modo que la generación entre-guerras de jóvenes ingleses o franceses, era diferente a la de los jóvenes alemanes, puesto que la situación económica y la sensación de victoria vs derrota era diferente.

Se dice que por la crisis, aquí en España, la siguiente generación será más pobre que la que hemos vivido estos últimos 20-30 años.

Lo que es cierto es que el materialismo a la larga no llena a la persona,
pero otros ideales más espirituales han elevado el ánimo a generaciones de jóvenes,
digo jóvenes, pues son en cierto modo el motor de la sociedad.
Y está claro, porque lo vemos,
que hay jóvenes de 20 años que carecen de espíritu creativo e ilusión,
y hay viejos de 70-80 años que parecen que tienen toda una larga vida que recorrer.

En paises más pobres,
seguramente se puede pasar más escasez, o falta de ciertos lujos que aquí consideramos fundamentales,
pero seguro que son felices y agradecidos con lo poco o mucho que poseen.

Hay mucha ingratitud en esta sociedad.
Y por tanto mucha infelicidad.

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